Vivo en un país que ha levantado la bandera de la ecología como parte de su identidad. Poco a poco, hemos transformado nuestros hábitos: aumentamos nuestras zonas boscosas, apostamos por el transporte eléctrico, contamos con una matriz energética limpia, reciclamos en casa e incluso practicamos el compostaje.
Sin embargo, estas iniciativas no deben quedarse solo en los planes gubernamentales o en los esfuerzos familiares.
En Costa Rica existen programas como Bandera Azul Ecológica, que reconoce a organizaciones comprometidas con la reducción de su huella ambiental. Pero es hora de ir más allá.
Como profesional del área tecnológica, siento una responsabilidad: llevar esta visión al ámbito técnico y convertirla en un llamado que trascienda fronteras.
🌍 ¿Dónde está la sostenibilidad en nuestros objetivos tecnológicos?
Preguntémonos: ¿cuántas veces hemos visto que la sostenibilidad o la ecología figuren entre los objetivos de una organización? En mi experiencia, muy pocas.
Generalmente, se priorizan metas como la optimización de costos, el rendimiento o la rentabilidad.
Pero, ¿acaso no estamos hablando de lo mismo?
Cuando buscamos eficiencia en costos y mejor uso de recursos, también estamos hablando de sostenibilidad.
Este enfoque no contradice los objetivos de negocio, al contrario, los potencia.
Adoptar una mentalidad sostenible en la tecnología no solo es una responsabilidad ambiental, es una ventaja estratégica que mejora el desempeño, reduce el desperdicio y fortalece la resiliencia de las organizaciones.
📖 ¿Qué es sostenibilidad?
La Comisión Brundtland de las Naciones Unidas definió la sostenibilidad como:
“Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer las suyas.”
En palabras más nuestras:
No tomes todo lo que hay, no desperdicies; usa solo lo que necesitas, pero asegúrate de que el que viene detrás tenga los recursos que necesita como los tienes tú.
Emisiones de carbono en TI: entendiendo los Alcances
Para tomar decisiones informadas en sostenibilidad, necesitamos conocer cómo se mide el impacto.
El Greenhouse Gas Protocol (Protocolo de Gases de Efecto Invernadero) es un estándar global que permite a las organizaciones medir, reportar y gestionar sus emisiones.
Los tres alcances:
Alcance 1 – Emisiones directas:
Provienen de fuentes que son propiedad o están controladas por la organización (vehículos propios, calderas, generadores en data centers locales).
👉 Si tu empresa tiene su propio centro de datos, las emisiones de TI caen aquí.
Alcance 2 – Emisiones indirectas por consumo de electricidad:
Son las emisiones derivadas de la generación de electricidad comprada.
👉 Si tu data center se alimenta de la red eléctrica, la huella de TI se clasifica aquí.
Alcance 3 – Otras emisiones indirectas:
Involucra todas las emisiones indirectas en la cadena de valor (viajes de negocios, logística, uso de servicios en la nube).
👉 El uso de AWS entra en esta categoría.
¿Por qué es mejor que las emisiones estén en el Alcance 3?
Porque implica que estás utilizando servicios más eficientes, operados por proveedores que aprovechan economías de escala:
- Servidores con alta utilización, no máquinas subutilizadas.
- Infraestructura compartida y moderna: virtualización, contenedores, autoescalado, apagado automático.
- Inversión en energía renovable y tecnologías de enfriamiento eficientes.
- Compromisos globales de sostenibilidad.
En resumen: por cada bit almacenado, cada vCPU utilizada, cada inferencia ejecutada, generas menos emisiones que en una infraestructura aislada.
¿Y cuál es mi rol en todo esto?
¿Es solo responsabilidad del proveedor de nube como AWS?
Para nada. Aquí entra el concepto de responsabilidad compartida.
- AWS se encarga de la eficiencia de la nube: centros de datos sostenibles, energía renovable, administración del agua, etc.
- Nosotros somos responsables de lo que construimos sobre esa nube.
Cómo mejorar nuestra huella en la nube
Como arquitectos, desarrolladores, ejecutivos de TI, nuestras decisiones tienen impacto: económico y ambiental.
🌐 Elección de la región:
- Selecciona regiones que se nutren con energía renovable.
- Prioriza la cercanía a usuarios para evitar traslados innecesarios de datos.
- Minimiza el tráfico interregional si no es estrictamente necesario.
⚙️ Uso eficiente de recursos:
- Aplica autoescalado en instancias, clústeres, Fargate, etc.
- Evita recursos sobredimensionados o escalados manualmente.
📊 Optimización continua:
- Usa métricas para detectar recursos subutilizados.
- Evalúa nuevas familias de instancias con mejor desempeño y eficiencia.
- Promueve desarrollo serverless.
- Automatiza el apagado de recursos no utilizados.
- Usa servicios administrados al máximo.
🤝 Coherencia con los SLAs:
La sostenibilidad no puede ir contra el negocio. Toda decisión debe alinearse con los RTO y RPO esperados.
No matemos una mosca con una bala de cañón.
🗃️ Políticas para la administración de datos
Gestionar datos con criterio mejora el rendimiento, reduce costos y contribuye a la sostenibilidad.
- 📌 Clasifica los datos por su criticidad.
- 📌 Selecciona el servicio de almacenamiento adecuado.
- 📌 Define su ciclo de vida y automatiza las políticas.
- 📌 Elimina lo que no necesitas.
👩💻 Prácticas de desarrollo de software sostenible
Desarrollar con conciencia va más allá del performance. También se trata de reducir el desperdicio computacional y energético.
- Código limpio y eficiente: aplica principios de clean code.
- Optimiza como si escalar no fuera gratis: los límites son reales (energéticos, financieros y ambientales).
🧩 Conclusión
Cada decisión de diseño cuenta.
No solo afecta el rendimiento de una aplicación o el costo de una factura; también influye en el futuro que le dejamos a quienes vienen después.
Diseños simples, frugales, seguros y responsables no solo cumplen con las metas del negocio:
también respaldan una gestión verde, consciente y alineada con nuestro compromiso como profesionales de tecnología.
Ya no basta con que funcione.
Ahora, también debe cuidar. 🌎